La acción comenzaba un mes antes de la partida hacia Barcelona. La performer fue recogiendo su saliva diariamente (en 3 momentos: mañana, tarde y noche) en frascos de recogida de orina (1 por día). También se recogían las salivas de otras personas durante ese mes, alguno añade algún pequeño objeto al frasco. Se guardan en un gran maletín. Ya en Barcelona en un centro de cultura, la performer en una mesa sigue recogiendo saliva de los asistentes en los frascos de orina. Y a cambio se da un certificado numerado y sellado que testimonia la colaboración en la que se computa la cantidad aportada de saliva (cómputo por esputos). Tras la participación de los presentes se recogen en el gran maletín todos los frascos de orina, se llevan a la sucursal bancaria más cercana y se dejan en el cajero depositados.